Pre Mission
- Rizette
- Finalmente regresamos...
a la capital de Rigland...
- Maxima
- Rizette. Un feliz reencuentro está muy bien,
pero debemos informar.
- Rizette
- Anque... Bueno. No es una buena noticia,
pero merece la pena escucharla.
- Rizette
- En nuestro camino hacia aquí, vimos a las tropas
velarianas volando por el cielo.
- Ludmilla
- ¿En el cielo? Una fuerza aérea...
Esto significa problemas.
- Ludmilla
- Infantería con movilidad de vuelo...
Puede que pronto estemos bajo asedio.
- Astrid
- Debemos asegurar nuestras fronteras.
Pediré a los nobles que envíen tropas de reserva...
- ¡Boooom!
- Astrid
- ¿Qué...? ¿Qué fue ese sonido?
- Caballero del Dragón Rojo
- ¡Reporte! ¡Una explosión en el corazón
de la capital!
- Maxima
- ¿Otra arma velariana? ¡Esperaba que el vuelo
fuera lo máximo de sus capacidades...!
- Ludmilla
- Rizette, Princesa Máxima.
Es bueno ver que están ilesas.
- Ludmilla
- Tengo un mal presentimiento sobre esto.
¡Voy al frente! ¡Tenemos que prepararnos!
- Astrid
- ¡Espera! Ludmilla, no puedes salir así.
- Ludmilla
- Hasta que no veamos qué es esta nueva arma,
no tendremos idea de cómo combatirla.
- Ludmilla
- Si puedo salvar aunque sea a un soldado,
entonces debo hacerlo.
- Astrid
- No, deja las tácticas a nuestros capitanes.
Deberías escapar, Ludmilla.
- Ludmilla
- Que... ¿Qué estás diciendo...?
- Astrid
- No dejarán que los Caballeros del Dragón Rojo
escapen. Incluyéndome a mí, la heroína de Erden.
- Astrid
- Si los enfrentamos ahora, nos aniquilarán.
La esperanza de Rigland se extinguirá.
- Astrid
- Lo mejor que podemos hacer ahora es separarnos.
Protegernos y planear nuestro contraataque.
- Ludmilla
- Estoy de acuerdo.
Es exactamente por eso que yo...
- Rizette
- ¡Tú también, Mariscal!
¡Estoy tan aliviada!
- Astrid
- No, esta es una orden.
Huye, escóndete y descansa.
- Ludmilla
- ...Hablas en serio, ¿verdad?
- Maxima
- Reuniré a los supervivientes en Hymelia.
Cuando eso esté resuelto, iremos en su ayuda.
- Maxima
- Llevé a Volcana hasta su límite.
Necesita tiempo para recuperarse.
- Vesh
- En ese caso, he de acompañarte.
- Maxima
- ¿Tú...?
¿No despreciabas a la Portavoz del Fuego?
- Vesh
- No me importas, es verdad. Pero este es el
momento de dejar de lado nuestras diferencias.
- Vesh
- Los espíritus mismos están inquietos.
Por Erden, debemos trabajar juntos.
- Maxima
- ...Eres bastante pragmático.
- Rizette
- Theo y yo iremos contigo, Astrid.
- Nagi
- ¡Lady Ludmilla! ¡Su orgulloso y noble rostro
es una positiva prueba de vuestra salud!
- Theo
- Es más probable que sobrevivas con un sanador.
Te mantendremos a salvo cueste lo que cueste.
- Nagi
- Entonces protegeré a Lady Ludmilla. ¡Es deber de
un caballero proteger a un aliado herido!
- Ludmilla
- ...Astrid. ¡Yo también iré...!
- Astrid
- ¡Basta, Ludmilla! ¡Sólo nos retrasarás!
- Ludmilla
- ¡...!
- Astrid
- Entiendo tu corazón. ¡Pero no estás en
condiciones de luchar! ¡¿Crees que no lo veo?!
- Ludmilla
- N-no, ¡claro que no! Yo puedo luchar.
Yo sólo... ¡Argh!
- Astrid
- ...Llegará el día en que necesitemos tu fuerza
junto a la nuestra.
- Astrid
- Cuando llegue ese momento, rezo para que
te unas a nosotros. Estaremos esperando.
- Ludmilla
- ...
...Entendido...
- Astrid
- Me alegro de que todos pudiéramos reagruparnos
sanos y salvos. Todo gracias a Vesh.
- Vesh
- Yo... No me siento a gusto en los asentamientos
de los hombres.
- Astrid
- ¿Cuánto tiempo has viajado ya con nosotros?
¡Debes acostumbrarte!
- Rizette
- ¿Nagi, Astrid y Vesh también?
Qué bueno que están todos a salvo.
- Ludmilla
- Mysha y Elmina están buscando a Ga'Luga.
Esperemos, con suerte, buenas noticias.